El titular de SIPROSA explicó los motivos detrás del conflicto
salarial en el sector, en disconformidad con el exiguo aumento
dispuesto por decreto del gobernador, y cuya falta de solución
deriva directamente en el éxodo de sus representados.
La crisis salarial en el sector de la salud en Tierra del Fuego ha alcanzado
un punto crítico, derivando en un preocupante éxodo de profesionales que
amenaza la sostenibilidad del sistema público. Daniel Romero, titular del
Sindicato de Profesionales de la Salud (SIPROSA), expresó su
preocupación por la falta de soluciones concretas ante los magros
incrementos salariales dispuestos por decreto del gobernador.
Según dijo Romero en FM Master’s, el aumento del 3% al básico, que
impacta de manera mínima en el salario real de los profesionales, ha
generado un clima de descontento generalizado. “No significa que ese 3%
sea el salario, es menor lo que impacta en el salario del profesional”,
afirmó el sindicalista, subrayando la insuficiencia de la medida.
El problema no se limita a los salarios, sino que se extiende a las
condiciones de vida y trabajo en la provincia. Romero destacó que el 50%
de la planta permanente de profesionales de la salud está compuesta por
personas con menos de cinco años de antigüedad, una población
especialmente vulnerable debido a los altos costos de vida, la falta de
vivienda y la ausencia de instituciones de formación local. “Directamente
cuando el profesional no se siente conforme, se va y abandona”, explicó,
refiriéndose a la constante fuga de talentos, especialmente entre los
recién incorporados. Esta situación se agrava en áreas críticas como
traumatología, oftalmología, cirugía y pediatría, donde la sobrecarga de
trabajo y la falta de personal especializado han generado un escenario
insostenible.
El gobernador reconoció en su discurso de apertura de la Legislatura el
aumento de la demanda en el sistema público debido a la transferencia de
pacientes desde el sector privado. Sin embargo, este incremento no ha
sido acompañado por una ampliación proporcional de la plantilla de
profesionales.
“El año pasado, si nos ponemos en números, entre los que se fueron y los
que vinieron, hay una estabilidad”, señaló Romero, aunque advirtió que la
estabilidad numérica no refleja la pérdida de experiencia y el tiempo de
adaptación que requiere cada nuevo ingreso. “Un profesional para que se
instale y empiece a trabajar en los equipos de salud necesita una
preparación”, recordó, enfatizando el vacío que deja cada partida.
El sindicato realizó un análisis detallado de la canasta básica en Tierra del
Fuego, revelando que los salarios actuales no cubren las necesidades
básicas de los profesionales. Según Romero, el costo de vida para una
familia tipo supera los $2.900.000, incluyendo alquiler, un rubro que no
está contemplado en los cálculos oficiales. “Hoy el salario y los valores de
guardia no están siendo competitivos”, afirmó, destacando que la falta de
incentivos económicos y de oportunidades de formación local dificulta la
retención de talentos.
“El profesional no se forma en la provincia, no tenemos manera de formar
y tenemos que atraer al profesional y tentarlo con alguna situación para
que se pueda quedar”, explicó.
La situación se enmarca en un contexto nacional e internacional aún más
desafiante, donde muchos profesionales optan por emigrar en busca de
mejores condiciones laborales y salariales. Romero insistió en la urgencia
de abordar el problema desde una perspectiva integral, que incluya no
solo ajustes salariales, sino también políticas de vivienda, formación y
mejora de las condiciones laborales. “Como responsable de generar
política de salud es que entendemos que hay que mostrarlo, hay que
difundirlo y hay que hacer algo”, concluyó, subrayando la necesidad de
acciones concretas para evitar el colapso del sistema de salud pública en
la provincia.