El legislador libertario relató la surrealista situación que lo tuvo como protagonista el domingo en el vuelo de Aerolíneas Argentinas, cuando, a poco de despegar, la aeronave debió regresar dado que un turista brasilero lo acusó de pretender detonar una bomba.
El domingo pasado, el legislador provincial de La Libertad Avanza, Agustín Coto, vivió un insólito y surrealista episodio durante un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Lo que parecía ser un viaje rutinario, rápidamente se transformó en una situación crítica cuando la aeronave, que ya había despegado, tuvo que regresar al aeropuerto debido a una acusación inesperada y alarmante.
Coto, que viajaba en el asiento 24, relató por FM Master’s en primera persona los momentos de tensión que se vivieron a bordo. Según su testimonio, un turista brasileño, que estaba sentado junto a él, comenzó a actuar de manera extraña apenas el avión inició el despegue. «Estamos esperando, el muchacho que estaba sentado al lado mío, en pleno despegue, a la altura del puerto, o sea, a segundos del despegue, el tipo se para y sale corriendo para atrás. Después se vuelve a sentar. Fue, vino, fue, vino, hasta que quedó atrás sentado con las azafatas», relató Coto, quien quedó desconcertado ante el comportamiento errático del pasajero.
Poco después, cuando el avión debía girar hacia el norte, la tripulación informó a los pasajeros que el vuelo regresaría al aeropuerto debido a «una situación». Sin embargo, en ese momento, no se reveló la gravedad del incidente. «Nunca nos dijeron a los que estábamos en el vuelo que era un tema con una bomba, imagino que por un tema de seguridad y no decirlo ahí en el aire, en pleno vuelo», explicó el legislador.
La aeronave aterrizó nuevamente en el aeropuerto y los pasajeros permanecieron en la pista durante un largo rato sin recibir información precisa. Mientras tanto, Coto comenzó a recibir mensajes en su teléfono que lo alertaban sobre la situación. «Ya viendo en el teléfono celular me avisan ‘che ¿vos estás en el vuelo que volvió por una amenaza de bomba?’ Ahí me entero. Me llegó la publicación de un periodista de Ushuaia», comentó.
La situación dio un giro inesperado cuando agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) abordaron el avión para identificar al sospechoso. «Esperamos un rato, y en un momento cuando suben finalmente los de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y empiezan a caminar por el avión, de repente van y levantan a un tipo. El tipo era yo», detalló Coto, quien quedó perplejo ante la acusación que pesaba sobre él.
El turista brasileño, según lo narrado por Coto, había informado a la tripulación que el legislador le había dicho que iba a explotar el avión, lo que desencadenó el operativo de seguridad. Sin embargo, Coto señaló que el relato del pasajero fue cambiando a lo largo del proceso. «Porque entiendo que no sé si tan automáticamente haces un operativo de esta naturaleza, eso de lo del teléfono lo dijo abajo, cuando tuvo que ir a declarar. Parece que fue como cambiando el discurso el hombre», expresó.
Luego aseguró que durante el vuelo estaba concentrado en actividades tranquilas, como jugar un videojuego en su teléfono y escuchar un podcast, y no había notado nada fuera de lo común en el comportamiento del pasajero. «Yo estaba jugando un jueguito de un autito que saltas una rampa y chocas contra cosas y escuchando un podcast de historia. Si me preguntas, creo que algo le pasaba al hombre, no estaba del todo ok. No tenía todos los patitos en fila, me parece que va más por ahí», reflexionó.
Luego de ser sometido a una revisión exhaustiva por parte de las autoridades, incluyendo una inspección con perros antiexplosivos, Coto fue autorizado a regresar al avión. «Yo bajé con mis cosas, mi campera, etcétera. Vinieron los de antiexplosivos con un perro, chequearon que no tenía nada, obviamente. Después estuve un tiempo largo separado, a la pareja también los separaron», describió sobre los procedimientos de seguridad.
Finalmente, después de que las autoridades concluyeran que la acusación carecía de verosimilitud, él y el resto de los pasajeros pudieron reanudar su vuelo. No obstante, la pareja de turistas brasileños fue excluida del viaje. «Así que nada, nos dejaron subir al avión y volver a volar. Todos menos la pareja de brasileros», concluyó Agustín Coto, dejando en claro el extraño e incomprensible desenlace de una situación que pudo haber tenido consecuencias mucho más impensadas.