Un reciente estudio, elaborado por el doctor Rei Chemke del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra del Instituto Weitzmann de Ciencia y su equipo, expuso que la intensificación de tormentas en las últimas décadas ya alcanzó los niveles proyectados para el año 2080.
Este fenómeno no solo afectará a las zonas donde sucedan las tormentas sino a todas las zonas climáticas de la Tierra, porque repercute en la transferencia de calor, humedad e impulso dentro de la atmósfera.
A través de un comunicado, Chemke, explicó que: «Individualmente, cada tormenta no tiene mucho peso climático. Sin embargo, el efecto a largo plazo de las tormentas de invierno se vuelve evidente cuando se evalúan los datos acumulados recopilados durante largos períodos de tiempo».
Además, agregó: «Un ejemplo de esto es el papel que desempeñan las tormentas en la regulación de la temperatura en los polos de la Tierra. Las tormentas de invierno son responsables de la mayor parte del transporte de calor desde las regiones tropicales hacia los polos. Sin su contribución, las temperaturas promedio de los polos serían de aproximadamente 30 °C menos».
En este sentido, observaron que en el hemisferio sur la intensificación colectiva de estas tormentas fue más acelerada y podría convertirse en una amenaza real y significativa en los próximos años. «Si la tendencia persiste observaremos una intensificación más significativa de las tormentas invernales en los próximos años y décadas», añadió.
Por último, el estudio tiene dos implicaciones inmediatas y considerables. En primer lugar, muestra que no solo las proyecciones climáticas para las próximas décadas son más graves que las evaluaciones anteriores, sino que también sugiere que la actividad humana podría tener un impacto mayor en el hemisferio sur de lo que se había estimado previamente. Esto significa que se requiere una intervención rápida y decisiva para detener el daño climático en esta región. En segundo lugar, es necesaria una corrección del sesgo en los modelos climático para que puedan proporcionar una proyección climática mas precisa en el futuro.
