Se diluyeron muy pronto las ilusiones argentinas en el Australian Open. Diego Schwartzman y Sebastián Báez, los únicos compatriotas que seguían con vida en el primer Grand Slam de la temporada, se despidieron luego de sendas derrotas en la segunda ronda del torneo.
El número 13 del mundo, cayó ante el local Christopher O’Connell (175° del ranking ATP), quien celebró la mejor victoria de su carrera al imponerse en sets corridos por 7-6 (7-6), 6-4 y 6-4 después de 3 horas y 7 minutos de juego.
El Peque venía de sufrir calambres en el debut frente al serbio Filip Krajinovic y el físico volvió a pasarle factura en su segunda presentación.
«Tuve algunas molestias que no me dejaron preparar el partido como lo debería haberlo preparado o como a mi me gusta prepararlo. Desde ayer por la tarde, como hoy a la mañana, estaba muy incómodo con mi cuerpo y tuve complicaciones en distintas partes de mi cuerpo que nunca suelo tener», explicó en declaraciones a ESPN.
Agregó: «Después del primer set (Schwartzman contó con tres set-points) me costó mucho concentrarme, volver a estar fresco y pensar claro en el partido porque estaba pensando en mi físico y en que estaba molesto. Intenté con amor propio seguir jugando pero me faltaban muchas cosas que a veces suelo tener en estos partidos largos y hoy no las podía encontrar».
Báez no pudo con Tsitsipas
En la madrugada de jueves en Argentina, Sebastián Báez (88°) tuvo una dura parada frente al griego Stefanos Tsitsipas, el número 4 del mundo, quien terminó imponiendo su jerarquía y se llevó la victoria por 7-6 (7-1), 6-7 (5-7), 6-3 y 6-4.
El bonaerense de 21 años viene de conseguir su primer triunfo en su debut absoluto en un torneo de Grand Slam, esta vez batalló durante 3 horas y 22 minutos, pese a que forzó los primeros 2 sets al tie break (el segundo se lo llevó con un gran esfuerzo), no pudo ante el dominio de Tsitsipas, quien terminó sacando pasaje para la siguiente ronda.