A medida que avanzan las horas, gana fuerza la apertura de puertas en el Maracaná. A pesar de que el certamen se disputó a puertas cerradas a raíz de la pandemia de SARS-CoV-2, creció la presión para que las tribunas tengan un poco de color y se viva una verdadera fiesta con una final que dará que hablar.
Por ello, la Conmebol pisó fuerte y propuso un plan equitativo para que no se sienta una enorme presencia de hinchas locales, el gobierno del estado de Río de Janeiro y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), dieron el visto bueno para que se realice este plan.
La medida consiste en habilitar el aforo del Maracaná en 4.000 hinchas. La distribución de las entradas sería para 2.000 argentinos, residentes en distintas ciudades de Brasil, así como 2.000 para los fanáticos de la «canarinha».
Además, se dejó en claro que no habrá venta de boletos y todos los concurrentes deberán hacerlo con un test negativo de COVID-19.
«La invitación forma parte de una iniciativa conjunta entre la embajada argentina en Brasil y la Asociación del Fútbol Argentino», anunció, ante una consulta de Télam, el cónsul general en Río de Janeiro, Claudio Gutiérrez, quien sería el encargado de la distribución de dichas entradas para el duelo del sábado.
A pesar del buen augurio, todo está en la decisión del ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, quien se mostró cercano a habilitar la medida. En conferencia de prensa aclaró que la realización de la Copa América no incidió en la pandemia, la cual está en descenso desde inicios de julio.
Cabe remarcar que 166 personas fueron las que se contagiaron a lo largo de todo el certamen siendo una marca que rozó en 1,5% de positividad al principio y en una semana bajó a 0,5%, porcentaje en donde se mantuvo por los días siguientes.