Casi 5 millones de nuevas cuentas bancarias, un aumento muy significativo en el uso de medios de pago electrónicos y la unión del sector público y privado para fomentar el acceso al dinero digital hicieron que 2020 fuera un año de fuerte inclusión financiera en la Argentina, impulsado esencialmente por las medidas de aislamiento y prevención relacionadas con el coronavirus.
Además, se sumó el comienzo de la aplicación de Pagos por Transferencia -una iniciativa para integrar a bancos tradicionales y fintech en los pagos con códigos QR que coordina el Banco Central (BCRA)- y la unión de más de 30 bancos públicos, privados y cooperativos en el lanzamiento de la billetera digital MODO, entre otros hitos del año.
En ese sentido, cerca de 4,8 millones de argentinos se abrieron una cuenta bancaria durante el segundo trimestre del año para poder acceder, en su mayoría, al IFE o al ATP, lo cual superó «ampliamente lo acontecido en los últimos años» en materia de apertura de cajas de ahorro, según el Informe de Inclusión Financiera del primer semestre de 2020 del BCRA.
Algo similar ocurrió con el aumento de transferencias por home-banking y mobile-banking y de los pagos con tarjeta de débito que, en el caso de los bancos privados, crecieron un 10% entre marzo y junio: el mayor registro de los últimos 10 años.
Además, los medios de pago electrónicos acumularon un incremento del 61% en términos reales y del 93% por persona, sólo en la primera mitad del año.
«Los efectos de la pandemia junto al consecuente pago del IFE, en algunos casos, a través de nuevas cuentas bancarias, presentan una oportunidad para consolidar el crecimiento de los medios de pago electrónicos y así profundizar la inclusión financiera en Argentina», señaló el informe.
Avanzar en este sentido es uno de los objetivos del Gobierno nacional que, a principios de diciembre, lanzó la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2020-2023, que pretende mejorar la calidad de vida de las personas al reducir el uso de efectivo y extender la cobertura territorial y social de los servicios financieros.
«Nuestra meta es que no solo la población pueda acceder a servicios financieros, sino que tengan una mayor profundidad en su uso, de modo que puedan reducirse las brechas sociales, territoriales y de género que existen en la sociedad», aseguró días atrás Diego Bastourre, secretario de Finanzas y máximo responsable de la ENIF.
Uno de los principales desafíos que presenta el sistema financiero argentino es su bajo nivel de profundidad comparado con otros países ya que, si bien cerca del 90% de la población adulta tiene una cuenta bancaria, un alto porcentaje es utilizado exclusivamente para la percepción de salarios, haberes previsionales y beneficios sociales.
En ese sentido, a pesar de ser una economía de ingresos medios-altos, Argentina tiene niveles de crédito y depósitos bancarios que apenas alcanzan el 11% y el 18% del PBI, respectivamente, muy por debajo de otros países de la región como Chile (107% y 75%), Brasil (47% y 41%), Perú (43% en ambos casos) o México (22% y 26%). Esto se debe a que, según datos del Banco Central, el 90% de las transacciones que se realiza en la Argentina se hace en efectivo.
Para salvar esa distancia, desde le 7 de diciembre comenzó a funcionar la primera etapa de Pagos con Transferencia, un sistema que permitirá que cualquier comercio del país pueda cobrar en forma inmediata y a un costo muy bajo con cualquier billetera digital o tarjeta de débito.
La normativa fue impulsada por el BCRA y cuenta con el apoyo de distintos actores del sector privado, tanto de los bancos como el sector fintech, para ampliar y promover la digitalización de los pagos en el país.
Entre estos sectores, están los bancos que se unieron para lanzar en forma casi unánime MODO, una billetera virtual que permitirá pagar con código QR y hacer y recibir transferencias de dinero a través del celular, que puede usar cualquier cliente bancario para simplificar los pagos cotidianos en comercios de todo tipo. (Ámbito)