El uso de pirotecnia desde hace mucho tiempo dejó de ser considerado un símbolo de alegría y festejo para ser situado dentro de lo más peligroso de las épocas festivas y más dañino para los sectores vulnerables, como los niños que padecen algún tipo de autismo o hiperacusia o, los animales domésticos. Sin contar con lo dañinos que son para el medio ambiente.
Es por eso que desde hace años se impulsa a las personas a reemplazar estos modos de festejos, por ceremonias menos riesgosas y perjudiciales.
Según los especialistas los animales tienen una capacidad auditiva superior a la de los humanos, pudiendo escuchar sonidos que para nosotros serian imperceptibles. Así mismo para los niños con trastorno de TEA o hiperacusia quienes presentan una hipersensibilidad al ruido, estos estruendos suelen ser de carácter traumático.
El uso de pirotecnia genera taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y/o muerte. Los efectos en los animales son diversos y de diferente intensidad y gravedad.
Los perros, por ejemplo, suelen sentir temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocarles la muerte; los gatos suelen correr detrás de los explosivos por simple curiosidad pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse; los insectos y otros animales pequeños poco pueden hacer para no ser dañados, la pirotecnia es para ellos un explosivo de gran tamaño.