Este lunes se presentó en la Argentina una nueva tecnología que puede llegar a cambiar -en los próximos años- varias de las prácticas médicas cotidianas, facilitando los diagnósticos y acelerando el inicio de los tratamientos.
Un original dispositivo que ayer se demostró ante un público especializado compuesto por autoridades, profesores y alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Se trata de un ecógrafo portátil, que tiene una forma y tamaño similar al de una afeitadora eléctrica, se conecta con cualquier smartphone de última generación y le muestra al profesional imágenes médicas de diagnóstico de una calidad prácticamente similar a las que ofrecen los ecógrafos que se utilizan a diario en clínicas y hospitales.
«Lo bautizamos Butterfly iQ, y es un ecógrafo personal que cualquier profesional de la salud puede llevar en su bolsillo y usar en forma cotidiana, como si fuera un estetoscopio», explicó Laurent Faracci, CEO de Butterfly Network, la compañía que desarrolló y puso a punto esta innovación tecnología. Y agregó: «el uso extendido de este dispositivo les permitirá a los sistemas de salud ser más eficientes, ahorrar recursos económicos y facilitar el acceso a tener un diagnóstico correcto e iniciar los tratamientos indicados a mucha más gente, en menos tiempo que lo que hoy se necesita».
Según Farraci, está pensado para estar siempre a la mano del médico o del equipo de salud. «Puede llevarse en una ambulancia o puede tenerlo el médico en el bolsillo cuando hace una visita a domicilio. O en su consultorio. Además, estamos haciendo nuevos desarrollos sumando técnicas de Inteligencia Artificial para que hasta el propio paciente pueda usarlo para hacer el monitoreo de alguna enfermedad en particular. Y, en combinación con su médico, se pueda hacer un autoseguimiento y tener una mejor prevención».
El equipo puede usarse para obtener imágenes de diagnóstico de muchas patologías diversas: desde problemas cardíacos a renales, diversas infecciones pulmonares a las clásicas consultas obstétricas.
Este salto radical, que puede revolucionar la forma de la atención médica, viene apalancado en un cambio de paradigma que facilita el uso de este dispositivo. «No solo es mucho más económico que un equipo de ecografía tradicional, sino que el médico -o un enfermero entrenado- puede llevarlo y usarlo donde está el paciente. Éste ya no tiene que acudir a un centro médico para hacerse estos estudios y generar las imágenes necesarias para luego hacer un diagnóstico», explicó el cirujano John Martin, Chief Medical Officer de la empresa.
«La forma de atender a la gente prácticamente no cambió en el último siglo», ejemplificó Martin. «El paciente va a una consulta, el médico sospecha una patología, pide ciertos análisis, estudia los resultados, elabora su diagnóstico y receta un tratamiento. Con el Butterfly IQ se pueden acelerar todos estos pasos a tal punto de poder indicar el tratamiento correcto, en forma inmediata».
El dispositivo, que ya fue aprobado por la FDA -la agencia oficial que regula la medicina en EE.UU.- y está en este momento siendo evaluado por parte de los equipos técnicos de ANMAT.
«Pensamos que la popularización de este equipo -que combina un nuevo tipo de hardware con un software especial- realmente será algo disruptivo en medicina porque logra, con un dispositivo que cuesta US$ 2000- democratizar los diagnósticos, descentralizar la atención, que el profesional médico pueda tomar las mejores decisiones y que el paciente gane mucho tiempo a la hora de comenzar su tratamiento», finalizó Martin.