Ruralistas reclaman acciones concretas contra perros asilvestrados

La presidenta de la Asociación Rural amplió información sobre el avance del trabajo conjunto en relación con la problemática de los perros asilvestrados en el sector del campo.

La Asociación Rural de Tierra del Fuego, encabezada por su presidenta Lucila Apollinaire, impulsa la necesidad de medidas concretas para abordar la creciente problemática de los perros asilvestrados en la provincia. 

Desde principios de año, diversas instituciones y organismos han iniciado un trabajo conjunto que busca mitigar los daños que estas jaurías generan en la producción rural, la biodiversidad, el turismo y la salud pública.

“Quiero celebrar que desde que nos comunicamos con la ministra Karina Fernández a principios de año y le pedimos, por favor, la reactivación y que se comience nuevamente a cumplir con la normativa vigente, se constituyó esta mesa”, expresó Apollinaire por FM Master’s, en referencia a la articulación de esfuerzos entre múltiples actores como CADIC/CONICET, los tres municipios, el Colegio de Veterinarios, y las áreas de Ambiente y Salud de la provincia, junto a los productores rurales.

En este marco, se desarrollaron reuniones para consensuar estrategias y recopilar información que permita una visión integral del problema. Según Apollinaire, uno de los avances iniciales fue unificar el lenguaje técnico y elaborar un documento base que facilite el diseño de campañas de concientización sostenidas en el tiempo. “Eso necesitamos ahora que la información ya está recolectada, que se lancen estas campañas y que sean sostenidas en el tiempo”, afirmó.

El diagnóstico es preocupante. La proliferación de perros asilvestrados no solo afecta la producción ovina, sino que también ha comenzado a provocar ataques a ganado vacuno, caballos y fauna silvestre. “Nosotros lo venimos diciendo hace tiempo, pero una cosa es cuando vos vas y encontrás un ternero o una vaca muerta en el medio del campo, y otra cosa es cuando vos podés registrar el ataque, podés ver, ya tener documentación más válida como prueba”, señaló.

Apollinaire destacó que se han implementado herramientas como perros protectores de ganado, que han demostrado ser eficaces en la defensa de los ovinos. Sin embargo, su efectividad es limitada, ya que las jaurías asilvestradas redirigen sus ataques hacia otras especies. “En una zona muy cercana a donde están los perros protectores de ganado trabajando hace muchos años protegiendo los ovinos, claro, como los ovinos están protegidos por esos perros, los perros asilvestrados atacan a los vacunos, a la fauna silvestre y a los caballos”, explicó.

Además, se instalaron cámaras en los campos que permiten monitorear los movimientos de estas jaurías, registrándose grupos de hasta 16 perros en áreas rurales. Aunque estas medidas aportan información valiosa, Apollinaire insistió en que el uso de perros protectores es solo un paliativo: “Es un parche el perro protector”.

La urgencia de acciones concretas radica también en el impacto que esta problemática tiene en las zonas urbanas, donde los perros sin dueño representan una amenaza creciente. “Ahora en un tiempo van a salir los números de los perros que están sin protección del humano, sin responsable humano que los cuide en las ciudades. Si en vez de perros yo les dijera que eso fueran ratas, todo el mundo diría ‘uy, qué horror, qué asco, qué impresionante, que la salud pública’, y todo el mundo actuaría en consecuencia”, sostuvo.

Finalmente, la presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego subrayó la importancia de que el compromiso para abordar esta problemática provenga de los más altos niveles de decisión política. “Necesitamos verdaderamente no solo los técnicos, sino de las más altas autoridades de la provincia, intendentes y el señor gobernador, necesitamos que realmente esto se exprese, que se diga que este problema lo estamos todos tratando de atender y ver cuál es la mejor forma de comenzar a resolverlo”, concluyó.

El trabajo coordinado ha logrado avances preliminares, pero los ruralistas insisten en que el desafío radica en traducir estos esfuerzos en soluciones efectivas que, finalmente, resuelvan una problemática que lleva décadas sin una respuesta definitiva en Tierra del Fuego.