El representante de remiseros de Ushuaia, analizó el proyecto de la concejal Jesica Garay que, en principio, y según su opinión, perjudica a los conductores de taxis y remises al promover la regularización de transportes por aplicaciones como Uber y Cabify.
El representante del sector de remises en Ushuaia, Alberto Esperanza, expresó por FM Master’s su oposición al proyecto de ordenanza impulsado por la concejal Jesica Garay, del partido Justicialista, que busca regularizar las plataformas de transporte por aplicaciones como Uber y Cabify en la ciudad. Según Esperanza, esta propuesta podría perjudicar a los conductores de taxis y remises, quienes ven en esta medida una amenaza a su sustento económico.
Esperanza relató que mantuvo una reunión con la concejal Garay para discutir el proyecto y dejó en claro su desacuerdo. «Estuve el viernes conversando con la concejal Jesica Garay. Me lo planteó el proyecto este que tiene», mencionó, subrayando que, tras analizarlo, concluyó que «mucho no le sirve al transportista».
En lugar de regularizar las aplicaciones, Esperanza sugirió que se aumente la cantidad de taxis y remises en la ciudad, propuesta que, según él, ha sido ignorada a pesar de haberla planteado en varias ocasiones desde abril de 2022.
El líder de los remiseros también criticó la insuficiencia de los cupos de licencias adicionales otorgados por las autoridades, indicando que las cantidades aprobadas hasta ahora no alcanzan para cubrir la demanda. «Han ido agregando de 5, de 10, de 15, pero cuando digo 15 somos cinco agencias, le corresponde tres coches por agencia», explicó. Esperanza propuso la emisión de 200 nuevas licencias para taxis y remises, lo que, según su visión, permitiría un mejor control y tributo de estos servicios.
Otro punto de conflicto señalado por Esperanza es la percepción de que los conductores de Uber son, en su mayoría, trabajadores que ven en la plataforma una actividad secundaria, lo que, en su opinión, afecta la calidad del servicio y complica la situación laboral de los taxistas y remiseros que dependen exclusivamente de su trabajo. «Son los policías, son la PSA, son Gendarmería, son el empleado público que a la tarde sale y vos te das cuenta que ahí es donde más están», afirmó.
Asimismo, criticó que estos conductores no estén sujetos a los mismos controles que los taxis y remises tradicionales, mencionando que muchos de ellos operan con vehículos polarizados, algo que está prohibido para ellos.
El representante también abordó el tema de las licencias, subrayando las diferencias de costos entre las licencias de sus vehículos, que deben ser pagadas y transferidas a través de la municipalidad, frente a la ausencia de costos para las licencias de las aplicaciones. «Las licencias nuestras se transfieren, hay que pagarlas, la de esta aplicación no tiene costo, ningún costo», señaló, añadiendo que esta situación crea una competencia desleal.
En su diálogo con la concejal Garay, Esperanza también planteó las dificultades que podrían surgir si solo una parte de los vehículos de Uber fueran regularizados, mientras el resto continuaría operando de manera informal. «Yo le dije a Jesica, qué pasa si pongamos que haya 500 Uber y se blanquean 200, ¿qué van a hacer con los otros 300? Siguen estando truchos», dijo, enfatizando la necesidad de un control más estricto por parte del Ejecutivo municipal.
A pesar de sus críticas, Esperanza destacó la buena relación que mantiene con Garay y valoró su disposición para discutir abiertamente el tema. Sin embargo, expresó su preocupación de que el proyecto pueda estar siendo impulsado desde fuera del ámbito municipal y que su aprobación ya esté prácticamente decidida. «Lo que yo no entiendo es si es proyecto de ella directamente o viene de otro lado y ya como que es un penal cobrado», comentó, reiterando su llamado a aumentar la cantidad de licencias de taxis y remises en lugar de avanzar con la regulación de las plataformas digitales.