Rabassa: No existe una política «clara y consistente» de protección ambiental

El geólogo e investigador criticó la gestión de preservación del patrimonio natural, principal atractivo para quienes visitan Tierra del Fuego. Hizo hincapié en los incendios forestales y el debilitamiento del glaciar Martial.

Jorge Rabassa, se mostró preocupado por la falta de políticas claras y consistentes de protección del patrimonio natural de la provincia, particularmente de los milenarios bosques y glaciares de la ciudad de Ushuaia. Trazó un panorama de la actualidad en el aspecto forestal, donde consideró una “acción intrusiva de los humanos en el ambiente circundante, por lo general dañina para el equilibrio ecológico local y regional”.

Inscribió en este concepto las usurpaciones de terrenos en las afueras de Ushuaia, cuya consecuencia directa es la destrucción de “cientos de hectáreas de bosques regionales que deberían haber sido cuidados de otra manera e incorporados al ambiente urbano sin proceder a su destrucción”.

Reclamó una necesaria reflexión sobre la manera en la que está inserta Ushuaia en el ecosistema de bosque fueguino “y de qué manera las acciones son controlables o incontrolables, de qué manera pueden evitarse este tipo de debates a través de una amplia toma de consciencia, comenzando por las autoridades responsables”.

Rabassa describió la presencia en nuestro bosque de una gran cantidad de materia orgánica de leña dispersa sobre el suelo, material perfectamente apropiado para combustión: “Si no ha habido más incendios en nuestra ciudad, es porque en mayor parte el clima local favorece a la supervivencia del bosque” consignó. Pero en virtud del evidente cambio climático, exhortó a “tener una actitud mucho más positiva y cuidadosa con un bosque único en el mundo”.

El científico detalló que los primitivos árboles que integraron el bosque local “coexistieron con los dinosaurios en el antiguo continente sudamericano”. Aún después de la glaciación, cuando desaparece por completo el bosque ante un clima verdaderamente polar, hace 25.000 años atrás comienza a desaparecer el hielo y a recuperarse el bosque gradualmente.

El bosque actual tal como lo conocemos, desarrolló su fase de máxima expansión altitudinal hace alrededor de 6.000 años atrás: “Tenemos que aprender a conocer y respetar que es prácticamente un bosque fósil, debemos cuidarlo porque se trata esencialmente de nuestro patrimonio natural” reclamó.
En ese sentido puntual, opinó que “deberíamos ejercer un control mucho más estricto sobre el número de visitantes a las distintas áreas, así como de sus actividades”. Dentro de esa apreciación, consideró fundamental “por supuesto prohibir de forma absoluta el uso de fuego, con cualquier motivo y en cualquier sentido” en virtud de la materia leñosa que puede arder con enorme facilidad, como en el área del Parque Nacional, de las más visitadas por su gran atractivo turístico.

“No hay una política clara y consistente de protección de nuestro patrimonio natural” denunció Jorge Rabassa. “Lo que más me preocupa es la destrucción ambiental desde el punto de vista escénico y estético, porque eso es lo que los turistas vienen a ver”.

También dedicó un párrafo al glaciar Martial, prácticamente la única fuente de abastecimiento de agua potable para la ciudad: “A medida que el volumen del glaciar va desapareciendo, cada vez la disponibilidad de caudal, sobre todo durante verano, va disminuyendo”, en referencia al agua del arroyo Buena Esperanza, que proviene de la fusión del Martial y los neveros circundantes.
“Nada está más duramente afectado por el cambio climático como los glaciares” expresó finalmente.