Por Esteban Parovel.
El básquet de Tierra del Fuego vivió una jornada preciada, en el encuentro que disputaron Yoppen y Defensores, que tuvo un espectador de lujo, que acompañó las alternativas del baloncesto fueguino.
Para muchos habrá pasada desapercibida la imagen en cancha de un “lungo” que acompañó a su hijo a la cancha. Pero para los apasionados del básquet nacional, se trató de una auténtica leyenda. De los comienzos; de los albores de la mítica Liga Nacional de Básquet.
Corría el año 1985, y aquella mentada propuesta de surgimiento de una liga propia, autóctona, con jugadores salidos y promovidos desde el suelo argentino, se logró plasmar en una real competencia.
Equipos de Buenos Aires, tanto de Capital Federal como del territorio provincial, Córdoba y Santa Fe fueron los elegidos para la ocasión. Fraccionados en zonas según su proximidad geográfica se comenzó a dar aquel viejo anhelo de un soñador como el recordado León Najnudel.
Esa idea original de una competencia profesional fue con los equipos de San Lorenzo, Argentino de Firmat, que fueron los que abrieron oficialmente la edición; Asociación Española, Atenas e Instituto de Córdoba; Unión, Almagro, Sport Club (y Argentino de Firmat), de Santa Fe; Ferrocarril Oeste, San Andrés y River Plate (junto a San Lorenzo), de Capital Federal; y tres conjuntos de la capital del básquet, Bahía Blanca, que fueron Estudiantes, Olimpo y Pacífico. Todos estos elencos en el conglomerado de la A1, que consagró campeón a Ferro y como subcampeón a Atenas.
Además de esa experiencia de la A1 se desprenden dos divisiones más: la A2, y a la vez, la Primera Regional. Justamente, la A2 estaba distribuida en tres zonas de 16 equipos, junto a las plazas anteriormente citadas, a clubes de Tucumán, Santiago del Estero, Mendoza, Chaco, Corrientes y Entre Ríos. Y la Primera Regional quedaba conformada por la totalidad del país, quedando excluidos los participantes en las competencias superiores.
Esa fue la iniciativa que, por medio del padre de la Liga, el gran León, se activó pensando en formar jugadores nacionales para sostener seleccionados del país y promover jugadores de valía genuinos del país. Y para el bienestar de la disciplina, la historia le terminó brindando su mejor jugada: una generación completa nacida de aquella añoranza. La famosa Generación Dorada, que ganó todo de la mano de Emanuel Ginóbili y compañía fue producto de la Liga Nacional.
Curiosamente, a días de cumplirse 34 años del auspicioso salto inicial de la Liga, uno de los extranjeros que estuvo en el salto inicial de ese añorado 26 de abril de 1985, pasó por suelo provincial. Casi inadvertido, al transitar el suelo fueguino, Steve Stanford, padre de Braian Stanford, antes jugador y hoy árbitro en Tierra del Fuego, asistió al Colegio Haspen, y compartió la jornada de Primera División del Provincial 2019.
El día inaugural, lo tuvo a Stanford, que en ese entonces jugaba en San Lorenzo, que se midió ante Argentino de Firmat, y en ese momento, cara a cara en el primer vuelo de la anaranjada, estuvo Goggins; en el salto de honor de apertura simbólica de la Liga Nacional.
Steve retrató ese momento, junto a los árbitros del encuentro en cuestión, su hijo Braian y Marcos Broin, para que quede a la posteridad como el mencionado salto inicial de partido, que fue, ni más ni menos, que el comienzo de un próspero recorrido del baloncesto argentino. Crédito: Marcos Broin
Fuente: Tiempo Fueguino