Piden incorporar información sobre la procedencia de productos de la acuicultura en etiquetas y rótulos de productos

El programa marino de CLT, Sin Azul No Hay Verde, presentó un pedido ante la CONAL (Comisión Nacional de Alimentos) para modificar el Código Alimentario Argentino y que se plasme la incorporación de información relativa a la procedencia de productos de la acuicultura en las etiquetas y rótulos de los productos. Dicha modificación se tratará en la 133° reunión ordinaria que tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires los días 26 y 27 de noviembre.

“Me parece brillante, que ya esté presentada esta nota. Un auto, una moto, hasta una plancha tienen más datos que los alimentos de acuicultura” comentó al respecto Lino Gómez Adillon, reconocido chef de la ciudad de Ushuaia. “Es algo que remarco en mis charlas, el cómo se rotula en Europa y en Estados Unidos, están todos los datos en el envase, si es de criadero o salvaje, y en algunos casos le ponen ‘Granja’ para hacerlos parecer más amigables” agregó.

Diversas organizaciones, que buscan que se prohíba la salmonicultura en la Argentina, advierten que la mayoría de los salmones que se venden al público están mal rotulados. Esto quiere decir que se le quita a la gente el poder de elegir entre un alimento sano y otro que puede no serlo. Mediante esta presentación, se solicita incorporar al artículo 270 del Código Alimentario Argentino, la leyenda “con la identificación de la procedencia de su producción –si proviene de la pesca de captura o de la acuicultura- con la identificación del país de origen.”

Semanas atrás, un grupo de científicos de CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata publicaron una investigación en la revista científica internacional Fisheries Researchers, demostrando que 1 de cada 5 pescados comercializados en la costa de Buenos Aires no corresponde a lo que indica su etiqueta, lo que resulta preocupante.

Esta presentación ante la CONAL busca dar cumplimiento a la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor, la cual postula en el artículo 4 del capítulo II que “el proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las condiciones de su comercialización”.

Por otra parte y no menos importante, resulta la concientización sobre las implicancias ambientales de la producción de ciertas especies de salmónidos que la República Argentina importa para el consumo interno. Sobrados son los antecedentes de esta práctica de producción intensiva que deja impactos ambientales que son irreversibles, donde los animales se encuentran hacinados en jaulas y expuestos a grandes cantidades de antibióticos. El caso más cercano y reciente se da en el país vecino de Chile, donde esta actividad además de generar graves consecuencias como la contaminación de las aguas, la hipoxia, la marea roja –sólo por nombrar algunas-, representa una gran amenaza para la salud.

El salmón que consumimos en Argentina es enteramente de origen chileno, donde se utilizan 1.500 veces más antibióticos que en cualquier otro país productor. Y el consumo de este producto viene consolidándose en la gastronomía local. “Los Salmones entran en grandes volúmenes a un distribuidor en argentina, éste los pone en su bolsa y su caja y los pone en el mercado, sin decir que es de Chile, sin decir que es de criadero, ni mucho menos en qué zona de chile” relata Lino.

Tanto Lino, como otros reconocidos chefs han eliminado el salmón de sus cartas: “mis clientes hoy comen otros pescados y disfrutan cuando tenemos frescos del canal Beagle o las aguas de la Tierra del Fuego. Los que saben de esta lucha vienen con mucho gusto, y expresan su simpatía por la acción que llevamos adelante, los que se enteran allí se interesan y les damos información.”

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, este tipo de producción como el consumo de estos alimentos presenta una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.

En el documento presentado ante la CONAL, se anticipa también que, el próximo paso es cursar una solicitud a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a fin de proponer la modificación de normas específicas para la publicidad de productos alimenticios, incorporando el siguiente criterio ético de publicidad: “Identificar la procedencia de su producción y el país de origen. Para el caso de productos de pesca y acuicultura deberá identificarse si su producción proviene de la pesca de captura o de la acuicultura”.


El reclamo de Tierra del Fuego

Mientras en países como Suecia se ha prohibido el consumo de salmón de cautiverio en algunas escuelas o el estado de Washington, el mayor productor de salmón en EEUU ha prohibido la producción poniendo fin a tres décadas de cultivo de salmón en aguas del Estado, en nuestro país los ciudadanos de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur le reclaman a sus autoridades prohibir la instalación de la salmonicultura en su provincia a través de una ley que ya ha ingresado a la Legislatura. Una de las principales razones se debe a los impactos irreversibles en el ambiente y ecosistemas que podría generar la industria al del Canal Beagle, perjudicando inclusive a otras actividades como el turismo, de la que hoy depende el 50% de la población de Ushuaia.