18 de febrero: Día Internacional del Síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se caracteriza, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de los Estados Unidos, por aparecer en personas “intereses limitados o una preocupación inusual con un objeto en particular hasta la exclusión de otras actividades como rutinas o rituales repetitivos, peculiaridades en el habla y el lenguaje, como el hablar de manera demasiado formal o monótona, o tomar las figuras retóricas literalmente comportamiento social y emocionalmente inadecuado y la incapacidad de interactuar exitosamente con los demás”.

A su vez, mencionan “problemas con comunicación no verbal, inclusive el uso restringido de gestos, expresiones faciales limitadas o inadecuadas, o una mirada peculiar y rígida combinada con movimientos motores torpes y no coordinados”.

El Asperger es un trastorno del espectro autista, uno de un grupo distintivo de afecciones neurológicas caracterizadas por un mayor o menor impedimento en las habilidades del lenguaje y la comunicación, al igual que patrones repetitivos o restringidos de pensamiento y comportamiento.

Esta condición del neurodesarrollo impacta en el funcionamiento social y el espectro de actividades e intereses de aquellos individuos que lo presentan, influyendo de manera directa en la forma en que estos logran procesar la información, dan sentido al mundo en el que viven y se relacionan con los otros.

Cada 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger con el objetivo de visibilizar las necesidades de las personas que viven con esta condición. Además, la fecha conmemora el nacimiento de Hans Asperger, el psiquiatra austriaco que describió este cuadro por primera vez.

Existen una gran cantidad de personalidades, famosos y celebridades diagnosticados con Asperger. Entre ellos se destacan Isaac Newton, físico, inventor y alquimista inglés; Albert Einstein, científico creador de la teoría de la relatividad y premio Nobel de Física en 1921; Charles Darwin, científico británico reconocido por desarrollar la teoría de la evolución; Bill Gates, multimillonario cofundador de Microsoft, Steven Spielberg, director, guionista y reconocido productor de cine; Keanu Reeves, actor canadiense; Susan Boyle, cantante británica; Tim Burton, director, productor y escritor estadounidense; Syd Barret, cantante, guitarrista y compositor inglés; Woody Allen, director, escritor, actor y comediante estadounidense; y por último y no menos importante Greta Thunberg, activista medioambiental sueca.

En el caso de Thunberg, de tan sólo 17 años, siente que el Asperger la hace “diferente” y que le da un “superpoder”. Antes de empezar su activismo contra la crisis climática, “no tenía energía, ni amigos, y casi no hablaba”. Se sentaba en su casa, con un desorden de alimentación. En un primer momento de su activismo, no comentó su diagnóstico de Asperger porque sabía que “mucha gente ignorante aún lo ve como una enfermedad, o como algo negativo”.

Según los datos actuales del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., aproximadamente 1 de cada 59 niños ha sido identificado dentro del trastorno del espectro autista.

¿Qué pistas pueden llevar a un diagnóstico?

Según la doctora Silvia Panighini, Jefa del Sector de Psiquiatría Infantojuvenil de Fleni “el vocabulario de las personas con SA puede resultar demasiado formal, rico y sofisticado”. En este sentido, las habilidades de conversación pueden estar afectadas por insistencia en tópicos de interés muy específicos con dificultad para percibir el interés del interlocutor o mantener una conversación trivial, lo que pueden llevar al retraimiento y aislamiento social propiciando síntomas de ansiedad y depresión.

Las características de profundo impacto que aparecen inicialmente y que pueden llevar al diagnóstico son:
-Dificultades tempranas en áreas de coordinación motora tanto fina como gruesa, fallas atencionales, de organización o dificultades específicas de aprendizaje.
-Contraste con notorias habilidades en el área de memoria que desconciertan.
-Conductas inflexibles en relación con rutinas o hábitos selectivos en la alimentación.
-Síntomas de extrema susceptibilidad a la sobrecarga sensorial pueden resultar abrumadores e insoportables desencadenando reacciones que pueden parecer inexplicables al observador.

La doctora Paulina Carullo, especialista en Neurología Cognitiva de Fleni, explicó que en la actualidad no existen datos estadísticos certeros sobre la prevalencia real del SA. “Debido a que el diagnóstico de Asperger ahora está incluido en el DSM 5 en el paraguas más amplio del Trastorno del Espectro Autista (TEA), una estimación precisa es aún más difícil. A medida que se adquiere un mayor reconocimiento de los rasgos que caracterizan a este espectro los números están aumentando. Según los datos actuales de Centers for Disease Control and Prevention (CDC, por sus siglas en inglés), aproximadamente 1 de cada 68 niños ha sido identificado dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Sin embargo, hay pocos estudios disponibles que determinen qué porcentaje de estos individuos cumplirían los criterios que previamente los designaba como Síndrome de Asperger”, completó.